Reza el dicho que cuando no hay dinero, nos volvemos más imaginativos, la cual le cae como anillo al dedo al alcalde de Granada Daniel Hoyos, un hombre íntegro y respetuoso, quien gobierna con la Constitución y no con la biblia como sucede en otra localidad.
El alcalde Hoyos emprendió una tarea muy difícil y poco grata, está implementando el recaudo en su pueblo como dice la norma, sin excederse, pero sin ceder; el tema de licenciamiento de construcción y el pago de predial, lo está realizando de cara a la comunidad, así mismo una de las estrategias, que nos llamó la atención, la cual puede ser digna de imitar en otras localidades, es con el comercio; negocio que solicite una extensión de horario, se le dará siempre y cuando las condiciones de uso del suelo lo permitan, pero debe estar a paz y salvo con la hacienda municipal. Nos parece genial, al fin y al cabo, el impuesto de industria y comercio en nuestras localidades, es económico y por lo general la ampliación de horario lo solicitan los negocios que venden traguito y/o tienen rumba, ósea que con dos medias de aguardiente que vendan, pagan de sobra el “industria y comercio” de ese mes.
Los colombianos y en especial los antioqueños somos duros a la hora del pago de impuestos, lo hacemos casi que por la última, pero ni culparnos, las altas tasa de corrupción nos han desincentivado, es por ello que es muy común escuchar “Yo pago, pero se lo roban”.